Esta deficiencia afecta la lectura, la escritura y, por ende, el proceso de aprendizaje. La importancia de detectarlo a tiempo. Cómo deben actuar los educadores.
Detrás de un niño con dificultades en la lectura y en la escritura puede haber un menor disléxico. Un pequeño con problemas de comprensión y que se distrae con facilidad no necesariamente está desinteresado o requiera más esfuerzo para incorporar sus conocimientos. Un joven que fracasa en la escuela puede ser el resultado de un padre y un docente que fracasaron antes, al no detectar que se trataba de un estudiante que requería otro tipo de ayuda.
El niño disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de actividades.
La dislexia es una deficiencia de la lectura, la escritura y el aprendizaje. Su causa es una alteración de las zonas cerebrales del lenguaje. Afecta a un 5% de los niños de 7 a 9 años, sobre todo varones. Se le atribuye una base genética y no está relacionada con la inteligencia.